La rápida propagación de la Covid-19 entre la población, ha hecho que se necesiten pruebas para detectar coronavirus en el menor tiempo posible. Métodos rápidos y eficaces con el objetivo de frenar los casos positivos y poder aislarlos para evitar el avance de la enfermedad.
Cada prueba tiene su peculiaridad y es utilizada dependiendo del tipo de diagnóstico. Así, los test rápidos son una primera solución para agilizar la detección del virus y poder obtener resultados inmediatos. Otras, son más lentas pero que presentan mayor fiabilidad y un diagnóstico más completo.
Ya sean unas u otras, el objetivo es el mismo: poner freno a la pandemia. En este sentido, identificar a las personas que son portadoras del virus es esencial para poder evaluar el contagio entre la población.
¿Cómo son los test para detectar coronavirus?
- Test rápidos: Con ellos se pretende detectar de manera precoz los casos sospechosos de la enfermedad. En un primer momento la prioridad de uso sería en sanitarios y residencias de ancianos, dos de los grupos que presentan mayor riesgo de contagio. Estas pruebas para detectar coronavirus pueden determinar si una persona está infectada a través de una muestra de saliva o mucosa, similar a las pruebas de embarazo.
En unos 10-15 minutos se puede saber el resultado según lo que aparezca en las tiras reactiva. El principal problema que presentan es que no arrojan resultados concluyentes, por lo que se deben apoyar de otro tipo de pruebas.
- Pruebas serológicas: Forma parte de las pruebas rápidas para detectar el virus, pero su cometido es diferente. Con este método se determina la respuesta inmune de una persona hacia el virus. En unos 15 minutos se puede saber el resultado, analizando una pequeña muestra de sangre del paciente (se toma con un pinchazo en un dedo).
- Pruebas PCR: (Reacción en cadena de la polimerasa, siglás en inglés). Estas pruebas son más lentas, son necesarias tres o cuatro horas para obtener resultados, pero presentan una efectividad del 90%.
A través de una muestra biológica, que se obtiene frotando un bastoncillo en la garganta o en el interior de la nariz del paciente, este método detecta un fragmento del material genético del virus. Es necesario contar con un aparato específico que analiza el ácido nucleico ARN del virus del paciente.
Evaluar las pruebas para obtener respuestas
Las pruebas rápidas, aunque no tan efectivas, pueden llevar a comprender cómo actúa el virus en el organismo, sobre todo en aquellos pacientes asintomáticos. Esto ayuda a evaluar la pandemia y detectar diagnósticos de la enfermedad en un futuro. Las pruebas podrían determinar la tasa real de contagio y poder controlarla.
Esto hace que puedan servir ante una vacuna mediante ensayos clínicos con las muestras obtenidas. Si un test de anticuerpos demuestra que una persona que ha tenido coronavirus puede ser inmune, sería probable que no vuelva ser contagiada.
Sin embargo, son muchos los casos de personas que pudiesen estar contagiadas y que no se sabe porque no se les ha realizado ningún tipo de prueba, ya que los registros oficiales solo llevan aquellos casos de pacientes contagiados con síntomas, mientras que la mayoría de afectados son asintomáticos.
Son entonces las medidas de confinamientos las que, hasta ahora, pueden frenar el número de contagios masivos mientras se realizan pruebas a la población a falta de un fármaco o vacuna que sea el remedio definitivo para combatir la enfermedad. Indudablemente, estas pruebas para detectar coronavirus no dan respuestas inmediatas para tomar decisiones, sino que deben ser evaluadas para poder establecer unos criterios de actuación.
