Las franquicias con cierto nivel de rentabilidad garantizado se han convertido una de las opciones más ventajosas y preferentes en época de vaivenes económicos e inestabilidad del pequeño negocio minorista, y no es casual. Pero asimismo, aun cuando escojamos esta opción que tanta seguridad de partida parece brindarnos, es primordial que, llegados a un punto concreto en el desarrollo de nuestra actividad económica, realicemos un análisis previo para saber si debemos seguir creciendo o es preferible buscar la rentabilidad desde ese punto concreto en que nos hallamos.
Tomar ciertas decisiones siempre es complicado para una persona que acaba de emprender un negocio, como por ejemplo, hacia dónde focalizar sus esfuerzos y los de su empresa.
Llega un punto en los negocios en el que se debe decidir si, llegados a un equilibrio, mantenerlo; o, en cambio, seguir buscando el crecimiento a toda costa. Por supuesto que el crecimiento de nuestra empresa puede seducirnos y debe ser el punto al que deseamos llegar como personas emprendedoras, pero conseguir una estabilidad es un logro importante en una empresa para conseguir que esta sea rentable. Rentabilizar una franquicia puede ser la mejor forma de emprendimiento para alcanzar un punto de rentabilidad a partir del cual crecer.
Para ello, realizar un análisis DAFO y conocer nuestras debilidades y fortalezas puede ser verdaderamente útil para tener de manera clara qué camino deberemos seguir para potenciar lo bueno de nuestro negocio.
Pero, entonces, ¿qué decisión debemos tomar? La respuesta a esta pregunta es complicada y, probablemente, no sea única, e incluso sería otra pregunta. Pero sí es cierto que la decisión sobre el enfoque depende del modelo de empresa en la que hayamos decidido emprender, o incluso del sector al que pertenezca.
¿Qué tipo de negocio tenemos?
El tipo o modelo de negocio que hayamos escogido dará las pautas a seguir al respecto, ya que, probablemente, lo hayamos elegido al conocer sus características.
Si nuestro negocio es una Pyme, sería más razonable buscar un punto de equilibrio temprano y conseguir ganancias a corto plazo para obtener estabilidad cuanto antes. Por otro lado, si nos hemos embarcado en una iniciativa de alto impacto, la estrategia suele ser alcanzar todo el potencial mediante un crecimiento que se obtenga de manera exponencial.
En el caso de un emprendimiento disruptivo, la estrategia cambia por completo, ya que no suele ser un negocio al uso, sino algo innovador y diferente. Hasta ese punto se llega con grande crecimiento, sobre todo en ventas, no a base de recortes ni de ser austero. Para ello, normalmente se necesita gran cantidad de inversores o, al menos, ir aumentando el número con el paso del tiempo, para mantener vivo el negocio hasta que, con suerte, llegue al éxito y se mantenga por sí mismo. Algunos inversores están esperando entornos rápidos, arriesgándose y apostando por el futuro de la empresa; mientras que otros tienen la paciencia suficiente de esperar a que la empresa llegue al punto álgido de su actividad.
La rentabilidad en la franquicia es algo sobradamente probado en estos tiempos inciertos, por lo que muchos la prefieren, cada vez más, al emprendimiento con una pyme o microempresa. Pero ¿cuáles son las características concretas de un negocio franquiciado? Conocerlas puede ayudarnos a escoger adecuadamente:
- En la Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista se define el negocio de este tipo como “un acuerdo o contrato por el que una empresa -denominada franquiciadora- cede a otra -denominada franquiciada- el derecho a la explotación de un sistema propio de comercialización de productos o servicios”.
- En otras palabras: el franquiciador concede al franquiciado todos los documentos y licencias para la explotación de su concepto e imagen de negocio, a cambio del pago de una determinada cantidad periódica (mensual, trimestral, anual) conocida como royalties.
¿Qué ofrecemos a nuestros inversores?
Es necesario que el empresario tenga habilidad para conseguir nuevos inversores y, en caso de que no la tenga, intente aprenderla. Es una tarea indispensable para mantener a flote el negocio, y para ello, se deben conocer las necesidades de los inversores para así poder elegirlos de manera correcta, siendo esto esencial para el correcto desarrollo del negocio en cada una de sus etapas.
Todo esto no trata de perder dinero, por supuesto. Pero, por ejemplo, las startups pasan por un proceso más lento de crecimiento y una necesidad continua de inversión para poder salir adelante antes de comenzar a cubrir los gastos con las ganancias y se pueda permitir una consolidación de negocio suficiente. Del mismo modo, como hemos dicho, hay inversores para todos los gustos y, en este caso, para todos los negocios. Pero siempre debes cumplir una premisa: tener muy claro qué vas a ofrecerles, y vendérselo de la manera correcta. Sin mentir, con todo lo positivo y negativo por delante. Se decidirán dependiendo de tu modo de ver las cosas, eso seguro.
En definitiva, alcanzar un equilibrio consiste en dejar de levantar capital para obtener ganancias, sobrevivir y seguir adelante con el negocio. Esto se traduce, al menos a corto plazo, en operaciones más rentables y una mayor tranquilidad para los socios o inversores; aunque esto puede suponer el sacrificio del posible valor futuro de la empresa. Analizar la gestión que estamos haciendo en nuestro negocio es indispensable para seguir el camino correcto y adecuado, así como lo que podemos conseguir con ello.
Tener nuestros objetivos claros ayudará a saber qué dirección tomar a la hora de gestionar nuestro negocio, así como organizar nuestras metas para saber qué estamos dispuestos a dejarnos en el proyecto y qué no. Al final, no deberíamos sacrificar nuestra vida personal para motivar la profesional, pero, por supuesto, la decisión es de cada uno.
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