La enfermedad del Parkinson es un trastorno degenerativo del sistema nervioso y es la segunda enfermedad más frecuente después del Alzheimer. Se produce por la pérdida de neuronas que facilitan el movimiento de nuestro cuerpo y llega a afectar a a más de seis millones de personas en el mundo, muchos de los casos se dan en las personas mayores de 65 años. Sobre el Parkinson se ha hablado mucho, pero, ¿es verdad todo lo que se dice a cerca de esta enfermedad?
Los mitos del párkinson se hallan también muy divulgados entre la población. Y es que, a pesar de que algunas celebridades mediáticas han contraído esta patología neurodegenerativa, el grueso de las personas todavía desconocen las verdaderas características de esta enfermedad, o no se contrasta suficientemente la información antes de dar por sentadas no pocas ideas falaces y quiméricas sobre lo que realmente es el párkinson y cómo se trata.
El principal problema que presenta es que se ve afectado el sistema nervioso central y provoca síntomas motores y no motores. Al mismo tiempo, no afecta por igual a todas las personas, por eso cabe recordar que, gracias a los avances médicos, su evolución es cada vez más lenta. En la actualidad se desconoce su origen y, en cualquier caso, no es una patología exclusiva de personas mayores.
En este 2021 y bajo el lema “Pon una etiqueta positiva”, se ha querido visibilizar el impacto emocional que tiene la enfermedad en la persona afectada, intentando cambiar con ello la percepción y estereotipos sobre el párkison, mostrando como las personas que lo padecen conviven con la enfermedad haciéndole frente con positivismo y no cayendo en mitos asociados a esta.
Parkinson: Los mitos de la enfermedad
– La enfermedad del párkinson sólo afecta a personas de la tercera edad:
Esta idea, posiblemente la más extendida y divulgada sobre la patología de que hablamos, es uno de los más firmes baluartes de la mitología del párkinson. Sin embargo, lo cierto es que también afecta a personas de menos de 60 años de edad.
Un claro ejemplo, el famoso actor Michel J. Fox o Hellen Mirren tienen la enfermedad de Parkinson entre otros. Ha de recordarse, además, que el primero, tan célebre por sus títulos de los 80 como el tríptico Regreso al futuro o El secreto de mi éxito, hubo de disminuir, y casi abandonar, su trabajo televisivo y cinematográfico a tan temprana edad como los 30 años, precisamente por culpa de haber contraído esta dolencia. Ello puso en entredicho uno de los más arraigados mitos del párkinson como es el vincularlo forzosamente a la senectud.
– La enfermedad de Parkinson produce demencia:
Uno de los síntomas del Parkinson es la lentitud de los movimientos o la lentitud al hablar, pero esto no tiene nada que ver con la demencia. Los enfermos de párkinson se expresan con mayor lentitud y desde msoluciona estamos de acuerdo con lo que Laura Morer, directora de la Asociación Catalana de Parkinson dice, “si las personas afectadas se tienen que tomar 10 minutos para explicar algo que antes explicaban en cinco, que se los tomen. Hacer las cosas por las personas o dar prisa hace que la persona aún se bloquee más y le cueste más expresarse o moverse”. Esta idea de la demencia como necesaria y forzosamente asociada a la enfermedad que nos ocupa es uno de los más falaces mitos del párkinson.
– El párkinson es hereditario:
No es cierto al cien por cien, como si dijéramos. En la mayoría de los casos, la genética ni tan siquiera influye en el génesis y desarrollo de esta patología. Tan sólo entre el 5 y el 10% aproximado de los enfermos son personas que se han visto condicionadas por la herencia genética de su entorno familiar específico.
– El párkinson se caracteriza por los temblores:
Tampoco es cierto. En realidad, también produce otros síntomas como bradicinesia o descoordinación motriz, así como ralentización de los movimientos, rigidez muscular, alteración de la postura, depresión, alteración del sueño, e incluso estreñimiento. Los temblores ni siquiera han de ser necesariamente el síntoma principal. Muchas personas los asocian al Parkinson, sin embargo, hay muchos enfermos de Parkinson que no tienen temblores. El Parkinson puede diagnosticarse por algunos de los síntomas mencionados tales como lentitud de movimientos, rigidez muscular, etc., así como depresiones o problemas al caminar.
– El tratamiento farmacológico es lo único válido:
Está claro que la medicación es imprescindible para esta enfermedad, pero, las terapias de rehabilitación son un gran aliado, ya que completan el tratamiento. Estas terapias pueden ayudar a mejorar la salud de los enfermos y la calidad de vida de los cuidadores de personas con la enfermedad del Parkinson o de los familiares. En este sentido, existen tratamientos no farmacológicos que ayudan a mitigar los efectos y el avance de la enfermedad. En su fase inicial, lo ideal es un tratamiento basado en ejercicio físico o rehabilitación y en las etapas avanzadas, otras terapias con medicamentes que ayuden a controlar los síntomas.
Se calcula que entre el 15 y 25% de las personas que desarrollan la enfermedad cuentan con algún familiar que también la ha desarrollado; enmarcándola dentro de una combinación de factores genéticos, del envejecimiento del organismo e incluso medioambientales.
Si atendemos a los síntomas no motores como las alteraciones cognitivas, los trastornos del sueño o el estado del ánimo pueden agravarse con el tiempo lo que conlleva a aumentar el nivel de dependencia de estas personas, ya sea de sus familiares o cuidadores. Su calidad de vida se verá afectada de una forma u otra.
Desde mSoluciona pensamos que la adaptación a esta enfermedad es un proceso muy importante. Hemos de dejar que la persona se exprese y disponga del tiempo que necesite para ello y adaptar sus actividades al momento del día en que se sienta mejor. Con el paso del tiempo y según vaya progresando la enfermedad, deberemos adaptarnos para fortalecer su vida diaria y pueda desarrollarla, lo mejor posible, con la ayuda y el apoyo de sus cuidadores.